¿Revancha atlética o hegemonía blanca en la Champions?
El destino ha querido que el Atlético de Madrid tenga otra oportunidad de tumbar en la Champions al Real Madrid, su verdugo en las finales de Lisboa (2014) y Milán (2016) y en los cuartos de final de 2015. Entonces, un gol de Chicharito clasificó a los blancos, los únicos que han podido con Simeone en una eliminatoria a doble partido en la máxima competición continental.
Al contrario que hace dos años, esta vez el Real Madrid jugará la ida en el Bernabéu y la vuelta en el Vicente Calderón. Será la última noche Champions en el feudo colchonero antes del traslado al Wanda Metropolitano. Puede ser una despedida por la puerta grande para el Atlético o el adiós más amargo de todos los posibles.
Las derrotas en la prórroga de la final de Lisboa tras el gol agónico de Sergio Ramos en el 93′ y el drama de los penaltis de la final de Milán escuecen en la parroquia atlética, que clama venganza de una vez por todas ante el eterno enemigo. El Calderón será una caldera en una noche que será histórica pase lo que pase.
El Real Madrid intentará de nuevo frustrar los sueños del Atlético, que ya dejó en la cuneta a su vecino en el derbi de las semifinales de 1959. Ahora, 58 años después, se vuelven a cruzar sus caminos rumbo a otra final. Sería la tercera para ambos en los últimos cuatro años, un dato que refleja el dominio de los equipos madrileños.
Los merengues buscan La Duodécima, mientras que el Atlético quiere en sus vitrinas de una vez por todas la Primera. Pero antes, hay un derbi a doble partido por ganar para estar el 3 de junio en Cardiff. Sólo puede quedar uno.
