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Remontada histórica de Tommy Robredo, que luchará con Ferrer

1370188918_512927_1370189020_noticia_grandeComo en un fino sarcasmo, Roger Federer caminó ante Gilles Simon sobre el alambre del quinto set (que Roger acabó dominando 6-3)…y estuvo a punto de oscurecer el protagonismo del hombre del día en Roland Garros: nada menos que Tommy Robredo Garcés, el chico gerundense de Hostalric que lleva ese nombre, Tommy, en homenaje al héroe de la opera ‘rock’ de Pete Townshend.

Ante Nicolás Almagro, en la Pista Lenglen y por tercera vez consecutiva en el torneo, Robredo
rescató un partido donde había perdido los dos primeros sets: 6-7, 3-6, 6-4, 6-4, 6-4, tras tres horas y 49 minutos de masacre o ‘matanza’: tal como Robredo defi nió su anterior éxito
ante Monfi ls, en el mismo escenario de la Lenglen y casi por los mismos senderos de arena y gloria. Desde Henri Cochet, campeón en 1927 en Wimbledon, nadie había ganado tres partidos en fi la en un torneo de Grand Slam tras ceder en todos ellos los dos primeros sets.

Opera rock. “Empecé a soñar al fin del tercer set: el primer break sobre Almagro fue el punto que hizo volar el partido. Corrí con una ambición increíble”, reveló Robredo, adoptado
por el gentío francés de la Lenglen en una épica coreografía: ‘Tommy, Tommy’: Pete Townshend no lo hubiera imaginado.

La ficción de una ópera ‘rock’ palidece y caduca en este rojizo Roland Garros. En abril de 2007, Robredo era el quinto jugador mundial. Cinco años después, tras una operación en febrero de 2011 para fijar problemas lumbares y de isquiotibiales, Tommy había descendido al número 466.

Ahora, con 31 años, Robredo (“el de antes ya no voy a ser nunca…”) llegó a Roland Garros
con el número 34: saldrá muy cerca de los 20 primeros. Tras cinco derrotas anteriores,
esta fue la primera victoria de Robredo sobre Almagro, que se desmoralizó ante la fe y
carreras imposibles de Tommy, tras llevar break arriba en cada uno de los sets tercero, cuarto
y quinto. El éxito coloca a Robredo en cuartos de final ante David Ferrer, que laminó a Anderson, el gigante sudafricano de 2,03: 6-3, 6-1, 6-1. Ferrer es casi como otro heroico Tommy, pero está afinadísimo. Su juego reluce con el gris biselado de un motor de gran cilindrada.

Por eso le llaman ‘El Ferru’: Ferrer es de hierro, férreo como acero cromado. “Será otra batalla
durísima”, aventura Robredo sobre su duelo de mañana con Ferrer, que garantiza un español
en semifi nales. Y hoy regresa a la Philippe Chatrier ese chico heptacampeón: Rafael Nadal Parera.

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