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Nadal recobra su brillo sometiendo a Berdych

MUTUA-MADRID-OPEN-DE-TENIS-201_54406773114_54115221152_960_640Excepcional Rafa Nadal, su partido más completo de los últimos meses. Impecable de principio a fin, agresivo y certero, sin un solo momento de duda, el nº 1 mundial ha sometido al checo Tomas Berdych, sexto, por 6-4 y 6-2 en 1h.27′.

El vigente campeón del Masters 1.000 ATP de Madrid pasa a semifinales, a la espera de conocer si el rival es el castellonense Roberto Bautista o el colombiano Santi Giraldo.

Deja atrás la barrera de cuartos, que no superó ante Ferrer en Montecarlo ni frente a Almagro en el Godó. Una consecuencia de un tenis que ha ido a más. El juego, de hecho, lo tenía desde hace días, pero le faltaba dominar la ansiedad por reecontrarse con los buenos resultados, evitar las lagunas que tarde o temprano llegaban en los partidos.

No fue así esta vez. Obviando las semanas anteriores, en el Manolo Santana ha jugado el rey de la tierra de siempre. Sólido con el saque, levantando la bola de ‘break’ del segundo juego, el único instante de peligro vivido, expeditivo desde el fondo, con una dosis de agresividad que ha acabado desesperando a Tomas Berdych, que se entregaba por decimoséptima vez consecutiva.

La igualdad se ha roto con el ‘break’ de Nadal en el séptimo juego con un resto paralelo de derecha eléctrico. Era una cuestión de detalles, y nada mejor que desarmar a Berdych rompiendo su servicio. El manacorí ha confirmado esta ventaja ganando sus dos servicios siguientes en blanco. 6-4 en 45 minutos.

Nadal no ha bajado el ritmo, ni una sola concesión a un oponente que puede volar con sus golpes planos en la altura de Madrid si observa brecha. Pero Rafa sabía que estaba ante un examen importante, y no sólo lo quería aprobar. Buscó la nota y consiguió el sobresaliente.

Ha arrinconado paulatinamente a Berdych, rematando con un ‘ace’, el cuarto de su cuenta (a cero se quedó el checo). Nadal sigue defendiendo su título en Madrid. Su misión no ha concluido. De momento ha recuperado las sensaciones. Aunque él mira al trofeo, con el que sepultaría todas las dudas.

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