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Marc Márquez: “Ganar en MotoGP es otra dimensión”

1381996713_304656_1381997232_noticia_grandeViendo la energía que desprende Marc Márquez fuera de la pista se entiende mejor lo que luego es capaz de realizar sobre el asfalto. Da igual que se haya tirado dos días de romería paseando por diferentes medios su brillante título de MotoGP, el que le ha convertido a los 20 años y 266 días en el campeón más joven de la historia. Su repertorio de sonrisas nunca se agota y en las distancias cortas seduce tanto como a lomos de la Honda…

Al presentarle como el niño, el joker o el campeonísimo, el trueno de Cervera es el primero que saca a la palestra el sobrenombre que más gusta en esta casa: “Falta el tuyo: ‘Pequeño genio, pelotas grandes”. Y se ríe mientras lo dice, porque se divierte con todo lo que tenga que ver con su trabajo, como es la tradicional visita al AS. Es la quinta vez que lo hace y empezó reconociendo: “Vivo el momento más dulce de mi carrera deportiva, porque no todo el mundo puede decir que es campeón de MotoGP”. Y no le corta afirmar que tanta ilusión como eso le hacía ser “campeón del mundo de las tres categorías, que era el objetivo que veía más lejos”.

Lo dice con sencillez y naturalidad, porque el éxito sigue sin apoderarse de su bien amueblada cabeza, lo que no quita que conquistar el trono de la clase reina sea incomparable a hazañas anteriores… “Ser campeón de MotoGP sí que es otra dimensión”, reconoce antes de dar sus razones: “En 125cc lo vives porque es el primero, es diferente, y en Moto2 ya notas que es otra dimensión, pero cuando llegas a MotoGP te das cuenta de que es un boom y de que la repercusión es mucho mayor. Y más de la manera en la que lo he hecho, con lo que ha pasado por ser el primer año y todo eso. Cuesta, cuesta asimilarlo”.

Como si su visita no fuera suficiente premio a la atención que este diario ha dedicado este año a sus aventuras por los circuito de todo el planeta, el hijo de Julià y Roser nos sorprendió con un detallazo: “He traído un regalo para todos los trabajadores del AS: la camiseta que paseé como campeón en Valencia y aquí está dedicada para mis amigos del AS. No la he enmarcado yo, ¿eh?”.

Su diseño, disponible en la siguiente página, tiene su historia: “Como me llaman el niño o el ‘baby’ se le ocurrió esta frase de ‘Baby Champ on board’ (pequeño campeón a bordo) a Aldo Drudi. Está muy lograda y yo no sabía nada. Les dije que, si querían prepararme algo, lo hicieran, pero no tuve nada que ver, porque soy un poco supersticioso para estas cosas. Fue sorpresa”.

De un detalle a otro. Por vez primera, un piloto del Repsol Honda se ha ganado a pulso lucir bien grande en la sala noble de AS. La foto escogida no podía ser otra que la de su maniobra en el mítico Sacacorchos de Laguna Seca, con Rossi como víctima propiciatoria… “¡Hombre, no lo había visto! Es guapa, ¿eh?”, exclamó con una sonrisa de oreja a oreja antes de entrar en detalle: “Al verla me viene como primer recuerdo que este adelantamiento lo provocó Valentino. Lo digo siempre que la veo, porque fue él quien alargó la trazada hacia afuera y se ve en la foto que él también va por fuera de la pista. Yo llegué ya un poco por delante de él, pero Valentino es Valentino y no regala nada, así que soltó un poco los frenos. Llegó un punto en el que si hubiese habido un muro, o un poco de césped húmedo, o barro, o lo que fuera, hubiera ido a parar allí porque no tenía otra opción”.

Lo que tiene más delito, entre comillas, es que fuera algo que tuviera ensayado. Porque revisó mil veces el vídeo en el que Rossi hizo lo mismo con Stoner años antes, se tiró por allí en scooter antes de que empezara el gran premio y forzó una colada con su Honda durante los primeros entrenamientos para comprobar cómo era descender el Sacacorchos fuera de la pista… “Siempre vale más prevenir, por si acaso”, asegura con una malévola sonrisa antes de incidir en la carga simbólica que tiene semejante foto: “Esta perspectiva no la había visto y es muy bonita. Tiene mucha simbología, porque ya es casualidad que lo haga con Valentino donde él se lo hizo a Casey. A mí, personalmente, me gusta más el que hizo Valentino, porque si nos fijamos en la foto del mío se ve que no hay nada de tierra. Hay pegotes de asfalto y alcantarilla, pero en el suyo lo tenía más difícil porque había arena, levantó un poco de polvo y le patinó algo la moto. Pero bueno, ahí está y difícil era. Me encanta esta foto y es un adelantamiento que siempre recordaré”.

Saliendo de la zona noble aguardaba la Redacción con un montón de compañeros deseosos de felicitar al campeón del MotoGP más joven de la historia, de pedirle el autógrafo de turno y de retratarse junto a él. Son muchos los deportistas que pasan por AS a lo largo de un año, pero pocos, por no decir ninguno, generaron tanta expectación y alegría como Marc ayer. Quizá sólo Nadal esté a la altura de él en ese sentido, un Nadal al que conoció personalmente en la gala de este diario en 2010. Entonces acudió como Premio Promesa y el próximo 19 de diciembre volverá a hacerlo, y tiene pinta de que lo hará como ganador absoluto, porque su tirón es increíble.

Todo ello no quita, sin embargo, que siga siendo el Márquez de siempre, tan campechano, que se diría de aquél, y con memoria… “Cada año cumplo, ¿eh?”, presume cuando se le pide que vuelva una vez más a la pared en la que cada año, desde el 13 de julio de 2010, nos deja una promesa. “¿Por qué otra vez este compromiso?”, ronronea antes de empezar a releer los mensajes que de su puño y letra lucen en ese tabique blanco.

“Si gano el título de 125cc vengo a celebrarlo en AS”, reza el primero. “Si gano en Moto2 vendré a celebrarlo al AS”, el segundo, de diciembre de ese año de su primer título mundialista. “Pase lo que pase vendré al AS a finales de 2012. Espero que sea como campeón”, escribió el 16 de diciembre de 2012, semanas después de quedarse a las puertas del título de la categoría intermedia. “No es mala la letra para haberlo escrito con visión doble”, bromea sobre ese cartelito escrito cuando estaba aún recuperándose del varapalo sufrido en Sepang. Ya el 13 de diciembre del año pasado, como campeón de Moto2, fue modesto en su siguiente compromiso, el que cumplió ayer: “Pase lo que pase este año voy a venir a visitar a todos mis amigos de AS. Intentaremos que sea con el rookie”, en referencia a su intención de convertirse en 2013 en el mejor novato de la categoría…

Poco compromiso era ése para un piloto como él, capaz de romper el guión establecido de los últimos años en la clase reina, al punto de batir a las mejores versiones de Lorenzo y Pedrosa, condicionados, eso sí, por sus lesiones made in Alemania. Así que volver a comprometerse por escrito con este diario no era fácil. Le sugerimos alguna idea estilo si algún día soy campeón del Fórmula 1 vendré al AS a celebrarlo… “No, esto no, esto no pasará”, sentencia. Necesitó sólo unos segundos para sacarse otro conejo de la chistera y, como su imaginación tampoco tiene límite, como su techo, constató por escrito: “Si algún día compito con mi hermano en MotoGP vendremos juntos!!!”.

Será divertido, sin duda, porque su hermano Álex también tiene guasa fuera de la pista y talento dentro de ella, pero de lo que opina de él será mejor hablar en la entrega de mañana, porque hora y media de visita del tricampeón da para hacer un serial mínimo de dos días.

Antes de rematar la primera, curiosidades de por qué no cambiará el 1 por el 93: “De momento no, porque el 93 es el que identifica a mi gente y me siento perfecto con ese número”. La empresa de Rossi VR46 le lleva el merchandising y al preguntarle si ha sido el italiano el que le ha sugerido que no cambie de número, algo que El Doctor no ha hecho nunca, asegura con rotundidad: “¡No, hombre, él no me ha dicho nada!”.

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