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Los Grizzlies se agarran a los playoffs a costa del campeón

1397107492_416710_1397107552_noticia_grandeEn su mejor versión, la que construyó Lionel Hollins y desde luego no ha mejorado a su rebufo David Joerger, Memphis Grizzlies es un equipo hecho para dar problemas a Miami Heat. Si el campeón es un equipo supersónico y desestructurado, que ha mostrado sus mejores versiones con quintetos atípicos que muchas veces renuncian a perfiles tradicionalmente fundamentales como el base o el pívot puros, el de Tennessee es un bloque de la vieja guardia. Un juego old school y áspero que ha quedado definido como grit and grind y que no es más que la conjunción siderúrgica de una defensa a ultranza con un juego de ataque en versión panzer basado en la precisión de un base gestor, Conley, y en una pareja interior absolutamente complementaria y absolutamente brillante: Randolph-Marc Gasol. Eso les llevó a la pasada final del Oeste pero, lesiones por en medio, les tiene fuera de playoffs con cuatro partidos por jugar. Ganar a los Heat era una obligación: lo hicieron.

El FedEx Forum, bien llamado Grindhouse cuando entra en formato caldera en playoffs, es la tabla de salvación de un equipo que ha perdido cinco de sus últimos siete partidos como visitante. En su cubil, los osos han ganado doce partidos seguidos y están 17-2 desde que Marc Gasol se recuperó de su lesión de rodilla. A Miami Heat le licuaron en un partido resuelto en los últimos cinco minutos para seguir novenos del Oeste, a un partido de los Suns y a uno y medio de los Mavericks. Eso sí, con 46-32, marca que les empataría en el Este con el tercer clasificado, los Raptors. Los Grizzlies tienen el destino en su mano: juegan dos partidos en teoría asegurados contra Sixers y Lakers y cierran Regular Season con dos duelos directos ante los rivales por los puestos séptimo y octavo: en Phoenix y contra Dallas.

Los Heat, otra vez sin Wade (y sin Andersen ni Oden contra el poder interior de los Grizzlies) perdieron un día después de caer ante los Nets y ya han perdido 25 partidos (53-25). Vuelven a estar medio partido por detrás de Indiana (54-25) antes del decisivo duelo ante su Némesis, mañana viernes en Miami. Ahí se decidirá la hipotética ventaja de campo en una final del Este que parecía garantizada durante tres cuartos de la temporada pero que les costará sudor a dos equipos en un momento muy cuestionable de juego. Desde el 1 de enero, Miami está en 29-18 e Indiana en 29-20. Peor en el Este que Bulls (34-14), Nets (33-14) y Raptors (32-17). De hecho, esta será la peor Regular Season desde la reunión del Big-Three salvo que mejoren el porcentaje de triunfos de la temporada del lockout (2011/12): entonces 69% para 46-20, por ahora 67%. En su primer año perdieron 25 partidos y la pasada temporada y en su mejor versión, 16.

Después de permitir un tiroteo en el primer tiempo, Memphis Grizzlies apretó los dientes en los últimos seis minutos y con empate a 91. Menos de tres minutos después, el partido estaba roto:103-93, parcial de 12-2 con dos triples de Conley, 4 puntos de Marc Gasol y 3 pérdidas seguidas de Miami, asunto a que señaló Spoelstra como decisivo. Nueve pérdidas en el segundo tiempo (15 totales) dieron oxígeno y puntos extra a unos Grizzlies que gobernaron el tempo con sus coordenadas habituales, control del rebote (41-27) y demolición en la zona: 45 puntos y 25 rebotes entre Randolph (25+11) y Marc (20+14). Suficiente para compensar los 37 puntos (14/23 en tiros) de un LeBron, como ante Brooklyn, poco acompañado. Bosh acabó siendo transparente y Rashard Lewis, sorprendente contribuidor en los últimos tiempos, anotó 17 puntos y tres triples en el último cuarto, uno para cerrar el marcador y con el partido ya resuelto. La clave final estuvo en la defensa cuando, cosas, el primer tiempo había sido un intercambio tremendo de canastas en el que destacó el 9/9 en tiros de un Randolph que cerró el primer cuarto con 17 puntos. A la espera del partido del año ante Indiana y de derrota en derrota, al menos LeBron confirmó su novena temporada con al menos 2.000 puntos, las mismas que sumó Kareem Abdul-Jabbar. Casi nada: sólo Karl Malone (doce) y Michael Jordan (once) tienen más.

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