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El Barça le gana muy fácil al Celta de Vigo

999057_10152099232329305_1986295967_nEra el partido de Cesc Fàbregas, ideal para un jugador que se siente como nadie cuando al fútbol lo gobierna la anarquía. Con dos goles y una participación decisiva en el de Alexis, tras robar el balón y ser el autor del disparo que tras parada de Yoel el chileno empujó a la red, el de Arenys fue el faro del FC Barcelona ante el Celta en un encuentro completamente descontrolado. Su liderazgo fue clave para que los azulgrana continúen imparables, sumaran su décima victoria y presenten una hoja de servicios impecable: 31 de 33 puntos.

El Celta le planteó al Barça un continuo intercambio de golpes que convirtió el choque en una vertiginosa ida y vuelta, un encuentro sin control alguno en el que al final se impuso el equipo que más calidad tiene y que además cuenta con un futbolista que se mueve como pez en el agua en este tipo de escenario. Cesc fue la referencia del Tata Martino en medio de tanta locura.

El técnico argentino había introducido muchas novedades en su alineación, algo previsible tras el exigente partido del sábado ante el Real Madrid y con el Espanyol en el horizonte el próximo viernes. Piqué ya ni viajó a Vigo, mientras que Mascherano, Xavi, Iniesta y Neymar se quedaron en el banquillo. El Barça presentó así una disposición de jugadores poco habitual en el centro del campo, con Busquets en su puesto, escoltado por Song en la derecha y Cesc en la izquierda. Arriba, fue Pedro el que ocupó el lugar de Neymar, mientras que atrás la pareja de centrales escogida fue la formada por Bartra y Puyol.

Pese a tener delante al todopoderoso Barça, el Celta no varió su habitual forma de jugar al fútbol y propuso un partido de ida y vuelta desde el inicio. Los de Luis Enrique fueron víctimas pronto de su valentía. Después de que se reclamara un penalti sobre Messi, un balón mal sacado desde atrás por Cabral y bien presionado por Cesc fue robado por el de Arenys, prolongado al primer toque por Pedro, rematado por el propio Fàbregas, rechazado por Yoel y empujado a la red por Alexis. El chileno demostró encontrarse en estado de gracia. Tras el golazo ante el Real Madrid, en Vigo anotó en la primera opción clara que tuvo. Era el minuto 9 y su sexto gol en Liga.

El encuentro continuó siendo un toma y daca, un partido que ninguno de los dos equipos era capaz de sujetar en el centro del campo, lo que provocaba transiciones rapidísimas y mucha sensación de peligro. La ausencia de futbolistas como Xavi o Iniesta acrecentaba ese descontrol. En ese vertiginoso escenario fue el Barça el que se movió de inicio mucho mejor, pero poco a poco el Celta supo cogerle el ritmo al partido. En tres minutos, Valdés tuvo que intervenir dos veces y Rafinha probó fortuna mandando su disparo fuera. En medio, en ese reparto de opciones, Leo Messi hizo una de las suyas: doble recorte dentro-fuera y disparo que se marchó por la línea de fondo.

No faltaron jugadas polémicas. Balaídos protestó airadamente un gol anulado por supuesta falta de Charles a Valdés tras ser empujado el celtiña por Bartra. Tampoco se ausentó la fatalidad. Adriano, que llevaba 10 partidos seguido como titular y aspiraba a convertirse en el jugador azulgrana con más minutos en Liga, tuvo que marcharse lesionado pasada la media hora, dejando su lugar a Montoya.

El partido seguía mientras tanto sin control alguno por parte de los dos equipos. Con el marcador en contra, al Celta parecía irle bien esta especie de ruleta rusa, de la que podía salir airoso o muy malparado, sin término medio. El Barça necesitaba mayor serenidad, algo que no encontraba. Los azulgrana confiaban también imponer su mayor calidad en el intercambio de golpes. Con la locura como protagonista principal y dos nuevos intentos fallidos de Álex López y Messi se llegó al descanso.

El Barça encontró la salida a semejante embrollo futbolístico en Cesc. Si había sido el artífice de medio gol de Alexis, en esta ocasión aprovechó en el minuto 48 una buena combinación en la frontal entre Messi y Song para soltar un zapatazo desde fuera del área que tras tocar en el palo, pegó en la espalda de Yoel y acabó en la red.

Al Celta no le quedaba más remedio que asumirlo y continuar con su forma de jugar. Charles volvió a encontrar a Valdés en un disparo raso, pero el Barça volvió a golpear en el minuto 54. Y otra vez con Cesc como protagonista al culminar un contragolpe conducido por Messi.

Yoel frena a Messi

El Celta estaba ‘groggy’. El 0-3 se había convertido ya en una distancia insalvable pese a que Nolito pudo marcar en una falta que estrelló en el palo y Montoya se interpuso a un disparo peligroso de Santi Mina. El tramo final del encuentro sólo dejó un curioso duelo entre Yoel y Messi, a quien el portero celtiña le detuvo hasta cinco disparos de gol. Afortunadamente para el Barça no fueron necesarios los goles de Leo para sumar una nueva victoria y poner una distancia momentánea con el Atlético de Madrid de 4 puntos y de 9 con el Real Madrid.

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