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El Atlético de Madrid regresa con una gran victoria

Arda-Turan-euforico-tras-marca_54387744089_54115221152_960_640La espera para volver a escuchar el himno de la Champions en el Calderón ha llegado a su fin y la anhelada ‘musiquita’ volvió a sonar en el coliseo del Manzanares. El Atlético había entrado, por la puerta grande, en la máxima competición continental. Y era el momento de disfrutarlo. Y de pelear en este torneo, destinado a los más grandes, estado al que el conjunto rojiblanco, a base de trabajo y sacrificio, quería aspirar.

Por más que se empeñase Simeone en la previa de asegurar que el Zenit y el Porto eran favoritos para pasar a la siguiente fases, los rusos no le creyeron. En concreto, su técnico Spalletti. Italiano él, ya avisó que el Atlético era un equipo poderoso. Y no era un farol. Cambió el sistema para colocar una línea de cinco atrás que no permitiese llegar a los colchoneros. Estos, tranquilos, y viendo el panorama, no cambiaron el guión. Con el Zenit cerrado en defensa, lo más sencillo era probar a Lodygin desde lejos. Villa, Koke o Filipe lo probaron.

El Atlético buscaba el gol, aunque fuese a larga distancia, mientras el Zenit trataba de buscar contragolpes.  Eso sí, la opción Diego Costa, desactivada ayer por la sanción, se notaba. Hasta en los saques de banda, donde a Juanfran y Filipe se les hacía de noche a la hora de encontrar compañeros. Arda y Adrián se ofrecían, pero en el cuerpo a cuerpo, pierden con el brasileño. Con Villa buscando desmarques cual poseso, los huecos no aparecían. Tal vez una acción a balón parado…

Volvamos a la estrategia. El Calderón, entregado a la propuesta de los suyos, también sabía que era la mejor fórmula para ver puerta. Por eso celebró prácticamente como un gol un córner forzado por Gabi. Era la suya. Y lo fue. La puso Koke. Y la remató Miranda en el primer palo para poner el 1-0 en el minuto 40. El Atlético de Madrid había hecho lo más difícil y con ese resultado se llegó al descanso.

Spalletti adelantó líneas tras el descanso, mientras el Atlético comenzó a sentir miedo.  Courtois salvó el empate con una mano milagrosa en el 56’ pero dos minutos después, en el 58′, y tras una gran contra que el Atlético no supo parar, Hulk le batióm para poner el 1-1. Un trallazo desde lejos, de esos que ya habían sufrido en el Calderón. Tras el empate, el estadio reaccionó. Pero el equipo, tocado, no. Y Kerzhakov mandó una falta al larguero. El partido era del Zenit.

Reacción del Atlético para ganar

Pero volvió la estrategia. Y la suerte. Esa que llaman del campeón. Y también coraje y corazón. Tras tres rechaces, un despeje de un defensor ruso impactó en Arda para llevar el balón a la red y marcar el 2-1 en el minuto 64. Premio a la fe, a la constancia, para que el Atlético mordiera de nuevo y volviera a ser el Atlético. Ya todo iba sobre ruedas. Y Baptistao puso la sentencia marcando el 3-1 en el minuto 80 en el primer balón que tocaba, para dejar el triunfo en casa y demostrar que este equipo va en serio

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