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Ba, receta alemana e ingredientes malienses

2729602_full-lndMalí sorprendió a propios y extraños el pasado mes de junio al eliminar a Alemania en cuartos de final y obtener el tercer puesto de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Nueva Zelanda 2015. En Chile, las Águilas sub-17 están de nuevo en semifinales, donde se medirán con Bélgica este jueves 5 de noviembre, en La Serena.

¿Se puede seguir entonces hablando de sorpresa? En absoluto, opina su seleccionador, “Desde hace unos años, en Malí tenemos una política de cantera”, explica, antes de detallar los ingredientes de la receta maliense: “Nos hemos inspirado en lo que se hace en Alemania. Tenemos un director técnico alemán, Joachim Fickert, que implantó esta política desde el principio. La selección alemana que ganó el Mundial de Brasil es la generación de Mesut Oezil, cuyos integrantes pasaron varios años juntos. Ese es el modelo que nos inspiró. Juntar a futbolistas durante un tiempo determinado hasta que alcancen la madurez”.

“Desde hace dos años, estamos haciendo muchas concentraciones con los sub-17, para quedarnos con los mejores y los más eficaces”, señala el técnico, que antes de hacerse cargo de esta generación tuvo una sólida experiencia como entrenador de clubes, en el panorama nacional y continental.

“Antes, los jóvenes tendían a dispersarse, y los entrenadores tenían contratos por objetivos, con despidos en caso de malos resultados. Ahora tenemos contratos de larga duración, que nos permiten trabajar con más tranquilidad”, continúa.

Sorpresas del chef
Y en Chile, el entrenador está decidido a seguir sacando provecho a esa estabilidad de la que disfruta desde hace dos años: “Nuestro objetivo es formar a los jóvenes, y hacerlos competitivos. En Malí hay muchos talentos individuales, pero lo que faltaba era el aspecto psicológico, porque no había un seguimiento al principio”.

Y para preparar su plato, Ba tiene sus propios ingredientes: “Mis principios de juego consisten en que se diviertan y toquen el balón, porque son jóvenes, y luego empezar desde la base, hasta llegar arriba y terminar las acciones. Insisto mucho en este aspecto, porque en África tendemos a abusar de los balones largos y olvidarnos de la construcción del juego. Contamos con la calidad necesaria para tener una mejor filosofía de juego”.

Y si Malí ha sido un adversario tan coriáceo e indigesto para sus oponentes, es gracias a las sorpresas del chef, que preconiza un juego imprevisible y desestabilizador. “Por mi parte, es algo voluntario. Mi estrategia consiste en utilizar al máximo las enormes cualidades técnicas individuales de mis jugadores, para poner en apuros a los adversarios dentro de la cancha”.

El próximo rival que figura en el menú maliense son los belgas, que aun así tendrán una doble ventaja. Ya conocen a su adversario, que fue su aperitivo en el Grupo D, y son los únicos que no han recibido goles frente a los Aguiluchos, a pesar de sufrir un dominio abrumador. “Era el primer partido, no nos conocíamos. Ahora van a desconfiar”, prevé Ba, que no tiene pensado detenerse tras una trayectoria tan positiva.

“Voy a serle sincero, el apetito se abre comiendo”, asegura. “Ahora, vamos a por el trofeo. La victoria sirve de formación, y además hará que el pueblo y las autoridades malienses quieran seguir con esta política de cantera, para ganar algún día el Mundial”, concluye el estratega, decidido a aplicar hasta el final la fórmula alemana.

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